Tarta de Queso con Chocolate y Tía María
¡Para los auténticos amantes del chocolate! Una tarta deliciosa, cremosa, que se funde en la boca, rebosante de chocolate y con un toque de licor. Yo la encuentro ideal para servirla como postre de lujo. Eso sí, corta trozos pequeños, porque es bastante potente. También puedes avisar antes de la cena, para que todo el mundo reserve suficiente espacio para este divino postre ;-) Todo lo que sobre resultará ideal para el día siguiente con el café (o cuando sea) ;-)
Para un molde de aro de 22 cm de diámetro
Para la base:
50 g de mantequilla (fundida)
230 g de galletas de tipo digestive en migas
1 cucharada de cacao en polvo
Machaca las galletas y añade 1 cucharada de cacao en polvo. Funde la mantequilla en un cazo o en el microondas. Vierte la mantequilla derretida sobre las migas y remueve hasta que se forme una masa ligeramente húmeda y homogénea. Engrasa el molde y cúbrelo con la masa de galletas, repartiéndola bien por el fondo. Pon el molde en la nevera mientras haces el relleno. Precalienta el horno a 150ºC.
Para el relleno:
225 g de chocolate negro (mínimo de 55% , y si te gusta el chocolate negro, escoge un porcentaje más alto, a tu gusto)
500 g de queso en crema tipo Philadelphia, a temperatura ambiente
150 g de azúcar de caña
4 huevos (M), a temperatura ambiente
2 dl de nata fresca (nata para cocinar)
6 cucharadas de Tía María (u otro licor de café)
Para la cobertura:
2 dl de nata para cocinar (o simplemente nata normal)
2 cucharadas de Tía María
Cacao en polvo para adornar
Derrite el chocolate al baño maría o en el microondas a baja potencia, con cuidado de no quemarlo.
Bate el queso en crema con suavidad junto con el azúcar hasta obtener una mezcla completamente cremosa. Añade un huevo, sigue batiendo con suavidad, hasta que se mezcle completamente. Añade los otros huevos igualmente de uno de uno y bate brevemente.
Una tarta de queso no tiene que incorporar mucho aire, porque de lo contrario pueden aparecer grietas y cráteres. Por último añade la nata para cocinar y el licor, mezcla a mano. Después puedes añadir el chocolate derretido, ligeramente enfriado, y mezclándolo con suavidad a mano con un espátula.
Vierte el relleno sobre la base de la tarta y cuécelo en el horno a 150ºC durante unos 50 ó 60 minutos, hasta que tenga un aspecto liso y brillante, y una apariencia sólida. En el centro puede quedar un poco más tembloroso, y de color algo más oscuro que el resto. Deja la tarta enfriar en el molde, pero suelta los laterales del molde con un cuchillo. De esta manera, cuando la tarta se contraiga al enfriarse, no aparecerán grietas en el centro.
Pon después la tarta en la nevera. Lo ideal es que repose en la nevera toda una noche. Después puedes sacarla del molde, y cubrirla con una mezcla de 2 cucharadas de Tía María con un vaso de nata para cocinar (o nata montada). Esparce un poco de cacao en polvo y algunas gotas sueltas de Tía María por encima para darle un acabado perfecto.
Eta tarta tiene que ser deliciosa!
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